Miguel es un tio simpático y afable, tiene una frutería en Begues y le gusta el ciclismo de carretera y leer novelas de aventuras entre kilo de tomate y hierbas para el caldo. Cada día solemos hablar un ratito una vez que dejo a mis hijos en el cole y siempre hay un huequito para comentar nuestro tema favorito: las bicis.
A pesar de cojear un poco a causa de una caida, este "cincuentón" se hace la nada desdeñable cifra de 6000 km al año. Es todo un ejemplo de sacrificio por amor a este deporte. Se levanta muy temprano cada día, monta la parada y después de ir a buscar género a Mercabarna, come y se va a soltar piernas, como él dice, por la tarde continua con su negocio y no más pronto de las 21:00 echa la persiana.
Me gusta oir como relata con la pasión de un chaval sus idas y venidas encima de su "burra". Él dice que es un abuelo cebolleta, que siempre está contando batallitas pero es un placer intercambiar pareceres con él. Cuando hablamos tengo la sensación de escuchar a un periodista deportivo, ya que a parte de tener una voz agradable, está a la última de todo lo que pasa y pasó en el ciclismo.
Su mayor ilusión es que en Begues hubiese una gran peña ciclista ya que la mayor parte de las ocasiones sale a rodar solo. Siempre me comenta que le encantaria que hubiese más unión en un pueblo tan ciclista como el nuestro. De eso también solemos debatir pero nunca sacamos nada en claro.
Bueno Miguel, mañana continuamos...
